El hogar es un espacio que inevitablemente se relaciona con el descanso, con el desahogo, con la intimidad o con el lugar en el que una persona guarda objetos de valor sentimental y económico. Con lo cual, es un lugar que debe estar cubierto y protegido.
Todo esto no quita que haya muchos casos de particulares y familias que tengan una segunda residencia en la que pasan largas temporadas. Esa vivienda tiene las mismas características y el mismo valor personal que el hogar principal. Además, se trata de un lugar que normalmente se relaciona con la paz, con el descanso o con la desconexión en plenas vacaciones.
Este contexto también indica que es necesario proteger a ese segundo inmueble con un seguro de hogar para segunda vivienda que aporte un blindaje y una cobertura en caso de que ocurran ciertos imprevistos.
El rasgo fundamental que determina que un inmueble es una segunda residencia es que es comprado mientras ya se tiene otra vivienda en propiedad. Además, el hecho de que no se resida de forma constante en esa primera vivienda no evita que la nueva propiedad que se adquiere sea considerada como segunda residencia.
Otros aspectos a tener en cuenta de la segunda residencia es que pueden convertirse en primeras residencias, aunque para ello es necesario habitar en ellas durante un mínimo de 3 años o durante 12 meses de forma ininterrumpida.
Todas las viviendas están expuestas a situaciones imprevistas que pueden afectar tanto a su interior como a su exterior. Contratar un seguro de hogar para segunda vivienda es necesario por diferentes aspectos. Además, si la segunda vivienda se encuentra en un paraje natural aislado, ese seguro puede resultar todavía más útil.
Existen diferencias entre el seguro de hogar de una segunda vivienda y el seguro de hogar de la residencia habitual. Una de ellas es que el seguro de segunda residencia cubre a la vivienda en la que no se reside habitualmente. Es decir, aquella casa que solo se usa en vacaciones, durante varios fines de semana o en la que se pasan algunas quincenas al año.
El momento más adecuado para contratar el seguro de segunda residencia es cuando se adquiere esa propiedad. El motivo es que desde ese instante el inmueble queda expuesto a los desperfectos que puedan ocasionar cualquier material que se rompa, a sufrir un robo o a que se produzca un incendio. Tener una cobertura adecuada siempre aporta tranquilidad.