¿Cuándo cambiar de un seguro a terceros a uno a todo riesgo?
Contratar el mejor seguro de coche o moto depende de diversos factores. Lo más habitual es plantearse si contratar un seguro a terceros, o uno a todo riesgo.
La principal diferencia entre un seguro a terceros y uno a todo riesgo es que el seguro a terceros ofrece una cobertura básica, mientras que el seguro a todo riesgo proporciona una protección más completa.
Estos son algunos casos en los que es recomendable cambiar de seguro a terceros a todo riesgo:
- Vehículo nuevo o de alto valor: Si adquieres un vehículo nuevo o de alto valor, es probable que consideres pasar de un seguro a terceros, a un todo riesgo. Ya que en este último caso cuentas con coberturas que te protejan en una mayor variedad de escenarios, como pueden ser los daños que sufra el coche o el conductor como consecuencia de un accidente causado por el conductor del vehículo asegurado.
- Cambio en las condiciones de conducción: Si vives o conduces en áreas donde el riesgo de accidentes es alto, como zonas urbanas congestionadas o carreteras peligrosas, un seguro a todo riesgo puede ser una opción más adecuada.
- Historial de conducción: Si tienes un historial de conducción con varios accidentes o reclamaciones, es posible que te resulte más beneficioso tener un seguro a todo riesgo. Este tipo de póliza te brinda una protección más completa y permite mitigar los gastos asociados con reparaciones o reemplazo de vehículos.
- Necesidad de tranquilidad: Si prefieres tener una mayor tranquilidad y no te gustaría preocuparte por los posibles daños a tu vehículo, un seguro a todo riesgo puede proporcionarte esa seguridad adicional.
Ventajas de cambiar de seguro a terceros a todo riesgo
La gran ventaja de cambiar de seguro a terceros a todo riesgo es que este último proporciona coberturas más completas para el conductor y su vehículo. Pero esto no es todo, estas son otras de las ventajas de tener un seguro a todo riesgo:
- Cobertura integral. Los seguros a todo riesgo cubren los supuestos incluidos en el tercero básico y tercero ampliado, pero además incorpora la cobertura de daños propios.
- Ahorro. Con un seguro a todo riesgo, es menos probable que tengas que pagar con tus propios recursos económicos los gastos asociados a reparaciones o reemplazos de vehículos en caso de un accidente. La aseguradora cubre la mayor parte de los gastos, lo que supone un importante ahorro a largo plazo.
- Cobertura de vehículo de sustitución. En el caso de que tengas que dejar tu coche en el taller, o esté inmovilizado o desaparecido, existe la opción de añadir una cobertura que te asegura un coche de sustitución por un tiempo definido.
- Seguro del conductor. En caso de sufrir un accidente del que el conductor sea responsable, un seguro a todo riesgo garantiza indemnización económica si sufre lesiones.
Por todos estos motivos, cambiar de un seguro a terceros a un todo riesgo, puede brindarte una mayor tranquilidad al saber que estás protegido en una gran variedad de situaciones. Además, te permite conducir con confianza y concentrarte en disfrutar de tu experiencia al volante, sin preocuparte por el gasto económico de posibles contratiempos.
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