Hacer el Camino de Santiago es una gran experiencia a todos los niveles. Se puede considerar un reto personal y físico por el hecho de andar decenas de kilómetros para llegar a Santiago de Compostela, pero también es un itinerario en el que se recorren paisajes espectaculares y puntos culturales de gran importancia.
Por otro lado, el Camino de Santiago también es considerado como una etapa reflexiva en la que la persona puede pensar y meditar mientras anda. Muchos caminantes usan esta experiencia para hacer un ejercicio de introspección y buscar puntos en los que mejorar su vida.
El resultado de emprender este camino siempre es positivo porque también sirve para conocer a otras personas, divertirse en diferentes lugares o superar un gran reto. Existen diferentes itinerarios y puntos de partida que llevan a Santiago de Compostela y puede ocurrir que, por causas laborales o personales, no se disponga del tiempo suficiente para estar varias semanas fuera. Pero todo esto tiene solución gracias a las rutas más cortas del Camino de Santiago que permiten disfrutar del camino con todos los aspectos positivos que ofrece a los peregrinos.
La ruta de Sarria es la que está oficialmente considerada como la más corta para hacer el Camino de Santiago. Esta localidad se encuentra en la provincia gallega de Lugo y la distancia que la separa de Santiago es de 111 kilómetros. Se trata de hacer un recorrido que se puede hacer en tan solo cinco días.
Este aspecto es el que provoca que sea muy recomendada para familias que acuden con niños o para personas que quieran vivir esta experiencia al máximo, pero que no disponen de mucho tiempo.
Al hacer el camino siguiendo este itinerario tan solo se pisan tierras gallegas. Además, en el recorrido se pueden encontrar albergues, hoteles, supermercados y diferentes puntos de avituallamiento. Además, cuenta con un aspecto esencial y es que al finalizarla se recibe la Compostela, que es la acreditación que indica que se ha realizado el camino.
El itinerario de Sarria no solo lidera el ranking de las rutas más cortas del Camino de Santiago, también es el más fácil y esto se debe a diferentes factores.
En primer lugar, su extensión es de poco más de 100 km, aunque ese factor no evita que sea uno de los recorridos más importantes de la ruta jacobea.
Por otro lado, se divide en 5 etapas de 20 kilómetros que se pueden recorrer de un modo relativamente cómodo, esto se debe a que transcurren por senderos llanos en los que tan solo hay pequeños ascensos que se pueden subir sin hacer demasiado esfuerzo. Incluso hay casos de personas que han logrado terminar este itinerario en tan solo cuatro días.
La ruta de Sarria podría estar considerada como un camino para todos los públicos y no es necesario contar con un equipamiento técnico ni tener una gran resistencia para culminarla. Además, el hecho de que sea tan corta permite explorar otras opciones como prolongar el viaje hasta Finisterre una vez que se haya llegado a Santiago de Compostela.
Para que el Camino de Santiago sea una experiencia completa a todos los niveles, hay que valorar diferentes aspectos que harán que sea una aventura inolvidable en la que apenas aparezcan problemas y contratiempos.
En primer lugar, es importante escoger el itinerario que más se adapte a los objetivos y a las necesidades del peregrino.
El camino francés es el más largo y para completarlo haría falta 1 mes. Pero existen otras alternativas que se encuentran entre las rutas más cortas para hacer el Camino de Santiago, entre ellas figuran la ruta de Sarria y el Camino Portugués.
También es importante tener una preparación física adecuada para el itinerario de camino que se ha escogido, así como comenzar las etapas en las horas tempranas del día y llevar el equipaje justo y necesario, ya que un exceso de peso puede ser un problema. Por otro lado, es importante escoger el calzado más adecuado en función de la época del año y llevar un pequeño botiquín.
Finalmente, hay que destacar la actitud con la que se hace el Camino de Santiago. Hay que tener en cuenta que no se trata de una competición y que hay que agradecer la oportunidad de vivir esta aventura. Aspectos como el estrés o las prisas deben quedar atrás.
El objetivo final del Camino de Santiago es llegar a la catedral de Santiago de Compostela. La religión católica indica que es una práctica para dejar atrás algún pecado o para hacer alguna petición. Pero hoy en día su sentido ha cambiado y el objetivo de esta aventura depende de cada persona. Entre ellos se encuentran la diversión, la reflexión o el reto físico.
Los albergues son puntos fundamentales con los que hay que contar al hacer el Camino de Santiago. Sirven para dormir, descansar y recargar pilas para la siguiente etapa. La ventaja es que sus precios no son muy altos. Los públicos pueden costar entre 10€ y 15€ y los privados entre 30€ y 70€.
Reservar o mirar los albergues antes de iniciar el camino supone una tranquilidad, pero también lo es el caminar con todas las coberturas. El seguro de viaje de Telefónica Correduría de Seguros cubre, entre otros muchos aspectos, la asistencia a personas, los accidentes, las anulaciones o cualquier otra circunstancia. El valor más importante es que permite hacer el camino con todas las garantías.